Producción Personal

Una vez que mate a Romero subí al auto rápidamente, lo puse en marcha y acelere hasta la guarida, llegue en 30 minutos, bajé del auto y entré para contarle a mis compañeros los hechos. Relaté con lujo de detalles cómo realicé el crímen. Les dije que lo había matado con un revólver y también les describí la cara que había puesto Romero cuando se dió cuenta quién lo apuntaba con el arma, su cara mezclada de asombro, miedo, susto y terror. Pero ni su miedo y luego sus súplicas de misericordia me frenaron para cometer el asesinato.En un momento pensé en dudar de lo que iba a hacer, pero inmediatamente se me representó en mi cabeza el por qué iba a hacer lo que había planeado durante un largo tiempo.